miércoles, 23 de abril de 2014

UNGÜENTO DE OLIVA DE ZIAJA

Hola, nariz de Micova al habla. 

Tras pillar el primer catarro invernal cuando casi casi rozábamos la primavera, estuve sometida a tal trasiego pañueril que me empecé a descomponer sin retorno, otras tantas veces me había pasado lo mismo, pero por muchas parafernalias que me echaran mis enemigos los pañuelos, vinieran de donde vinieran, fueran delicados cuan Smooth Criminal, siempre me acababan destrozando.
Porque yo soy un tanto especial, queriendo destacar (más) de entre el resto de la cara de M, que se pusieron de acuerdo para ser mixtos, yo quise tener mis aletas secas; por tanto, aunque encontré algún que otro pañuelo gentil, a mi me destrozaba por completo.

Hasta que M volvió a sacar del fondo del cajón el Ungüento de Oliva que tanto le decepcionó para los labios, pero eso ya lo sabia yo que me han contado que son de kriptonita o algo parecido.
A mi en cambio, me vino de perlas, todas las pielecillas por las que me iba desintegrando desaparecieron, incluso las heridillas por dentro de la nariz se van curando. 

Lo dicho, mano de santo

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